Salud

Los cambios en las medidas antropométricas en la etapa comprendida entre los 5 y 19 años varían enormemente entre países, indicando una nutrición global heterogénea.

El crecimiento y el desarrollo durante la infancia y adolescencia se ven afectadas por factores ambientales en el hogar, la escuela y la comunidad, siendo la nutrición durante el periodo escolar un factor crucial para una transición saludable a la adultez. Entre los 5 y 19 años, estos factores pueden exacerbar o atenuar las adversidades sufridas en la primera infancia e infancia y, si son saludables, ayudar a corregir déficits y desequilibrios nutricionales. La altura y el índice de masa corporal (IMC) son medidas antropométricas de la calidad nutricional y lo saludable del entorno, siendo altamente predictivas de la salud y el desarrollo en el futuro. Tener baja estatura y un peso excesivamente bajo en relación con la altura, representado por un IMC bajo, aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad, perjudica el desarrollo cognitivo, y reduce el rendimiento escolar y productividad laboral en la vida adulta. Un IMC alto está asociado con un mayor riesgo de discapacidad y muerte prematura en el futuro y con una salud mental pobre y resultados académicos bajos.

Gran parte de las investigaciones y políticas en salud y nutrición a nivel mundial se han centrado en el período comprendido entre la preconcepción y los 5 años. Para niños y adolescentes en edad escolar, se dispone de información sobre IMC y ningún estudio ha informado de las tendencias de estatura para esta etapa.

En un análisis global dirigido por el Imperial College de Londres, y publicado en la revista The Lancet, se evaluaron datos comparables de altura e IMC recopilados de estudios realizados entre los años 1985 y 2019 con un total de 65 millones de niños entre 5 y 19 años de 193 países con el objetivo de analizar las diferencias en términos de crecimiento y aumento de peso, y evaluar IMC por edad para entender cuándo el crecimiento es más o menos saludable y así identificar la necesidad de intervención.

A partir de datos de 2181 estudios poblacionales, con mediciones de altura y peso, se estimó para el año 2019 una diferencia entre los países con población de mayor estatura y los de menor, de 20 cm o más en la altura media de adolescentes. Para el mismo año, la diferencia entre los con mayor IMC, entre los que se incluye Chile, y los con IMC más bajo, se estimó en 9-10 kg/m².

En algunos países, niños y niñas de 5 años que comenzaron con una altura o IMC más saludable que la media mundial y, en algunos casos, tan saludable como los países de mejores resultados, se fueron volviendo progresivamente menos sanos a medida que se hicieron mayores, esto al no crecer tanto o al ganar demasiado peso para su altura. Cuando se consideraron los cambios tanto en altura como en IMC, las niñas de Corea del Sur, Vietnam, Arabia Saudita, Turquía y algunos países de Asia central, y los niños de los países de Asia central y oriental y de Europa occidental tuvieron cambios antropométricos más saludables durante las últimas décadas ya que, en comparación con niños y adolescentes de otros países, tenían un aumento de altura mucho mayor que en IMC. Los cambios menos saludables, ganar poca altura o demasiado peso respecto a la altura, o ambos, ocurrieron en niños y niñas de muchos países del África subsahariana, Nueva Zelandia y Estados Unidos; para niños en Malasia y algunas naciones insulares del Pacífico; y para niñas en México.

Estos hallazgos revelaron que la estatura y el peso en niños y adolescentes en edad escolar, que son indicadores de salud y calidad de vida, varían enormemente entre países, develando una nutrición heterogénea, que, dependiendo de cada caso, representara beneficios o riesgos para la salud en el futuro.

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